Te paras al borde del abismo, miras el infinito a tus pies y te pones a pensar en cada uno de días que dejaste atrás, todo esto con un hermoso soundtrack, ese que suena igual al de "El eterno resplandor de una mente sin recuerdos", cantas el coro con el poco aire que queda en tus pulmones:"And I need your lovin', like the sunshine!", lo cantas con tal emoción que es imposible detener las lágrimas que corren por tu rostro. Piensas que que maravilloso sería que tu historia hubiese sido como la de Clementine y Joel, en como te hubiese gustado ser valiente como ella, o quizá cobarde, todo es subjetivo, pero para ti, es lo más, un estereotipo de mujer que no está dispuesta a sufrir.
Oh DIOS! como me gustaría ser como Clementine, despertar un día y decidir borrarte por completo de mi mente, que todo quedase como el día antes de que llegases a mi vida, de estar dispuesta a empezar una nueva vida de cero, de cambiarme el color del pelo, de salir a caminar y tomar un café al despertar.
Pero esta es la realidad, no puedo ser como ella, sólo soy yo y tengo que esperar a que encuentre mi paz de espíritu.
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