Cuando se trata de nosotros ~

No sé si te habrás dado cuenta que 13 más 13 son 26. Cuando se trata de nosotros siempre es el doble. Tu llegaste el 13 y yo el 26, como nuestros números de la suerte. Como las fechas de nuestros primeros besos. Como el día en que llega el invierno. 

Me pregunto que hubiese pasado si esa noche de nuestra despedida no te hubiese soltado la mano, no hubiese sacado mi cabeza de tu hombro, ni tu mano que acariciaba mi pierna. Si nuestro beso de despedida no hubiese durado lo que duró, sino los segundos que en mi mente avanzaban a tanta rapidez como los saltos de un conejo. Si me hubiese mandado el viaje de mi vida y decirte que quiero probar el sabor de tus besos, el olor de tus mañanas y la pasión de tus noches. Si me hubiese quedado con tus gafas para siempre y con tu guitarra para que cantaras aquella canción que me hace bailar. Que puedo ser tu armónica, o mucho más.

Si te dijera que coloríe mi pelo de rojo porque se que es tu color favorito, o que amo aquella banda con la que sueñas día a día. Si te dijera que escuchar tu voz es escuchar como resuenan las campanas de la iglesia en el pueblo o como mirar las flores de hojas verdes.

Te diría muchas cosas, con el honor de no soltar nunca tu mano, de no despegarme nunca de tus labios, de seguir buscando tu cuerpo entre las sábanas, de seguir siendo tu inspiración en esas notas y tu la inspiración en mis pinturas. Te diría, te diría mi vida o te la daría. Es que cuando se trata de nosotros es siempre el doble.