Pasé semanas creyendo que era sólo un capricho, uno ya satisfecho en esa fría noche. Pero no es así, eres más que eso, eres mucho más, algo parecido a una droga. Es inevitable controlar las ganas de lanzarme sobre ti y besar tus labios cada vez que te veo, es inevitable no aguantar las ganas de acomodarme entre tus fuertes brazos, ubicar mi cabeza en tu pecho y sentir tu voz en mi oído. No puedo, es difícil, el verte, el sentirte, el pensarte perturb mi mundo y lo deja en un estado de catástrofe.
Que ganas, sí, que ganas de gritarle al mundo que te quiero y quiero estar contigo.
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